Tengo esta extraña sensación de ser domingo por la tarde, tengo 15 años, es el comienzo del nuevo curso escolar y tengo que hacer las maletas para ir por primera vez a un internado en un nuevo liceo.
Como todos los domingos por la noche, me sucede una sensación extraña, sólo que ésta es mucho más pronunciada.
Estoy triste por irme, triste por dejar a todos mis amigos, triste por no volver a casa con mis padres y triste por no merendar con mi hermano y mi hermana.
"¿Hice lo correcto al elegir ir a un internado?
"Al mismo tiempo, no hiciste nada el año anterior, así que lo asumes".
"Llevo 7 años viviendo con la misma gente, las mismas historias pero diferentes. No puedo más, ¡necesito un cambio!".
"¡Es cierto que al menos descubriré cosas nuevas! ¿Y no es el internado algo que hay que hacer al menos una vez en la vida? Es cierto que en el peor de los casos siempre puedo volver a casa, sólo está a una hora en coche.
Por último, detrás de esta tristeza, está también esta extraña sensación de descubrir otro lugar, nuevas gentes. Este miedo a lo desconocido me asusta tanto como me llama y me empuja a venir a verlo.
Esta noche, todas estas emociones combinadas se agolpan en mi interior, creando un musical más grande que El Rey León.
Afortunadamente, estoy solo.
Voy a tomarme mi tiempo para ver cómo se desarrolla esta representación teatral en tu cuerpo.
Quiero llorar, quiero reír, tengo miedo, siento que no sé lo que estoy haciendo.
Yo también me siento loca, ¡muchas veces! Pero creo que es por la gente.
"Julien, estoy muy preocupada, ¿has preparado esto?"
"No, pero ¿no te das cuenta de que, en este momento de crisis, están dispuestos a matar por muy poco?".
"¿Has visto que ha habido otra muerte en Argentina?"
"Tengo la impresión de que no vivimos en el mismo planeta".
¡Como si mis propias preguntas no fueran suficientes!
"Lo tenías todo planeado, y luego lo estropeaste por quién sabe qué".
"¿Qué vas a hacer en un país tan lejano? ¡Con una economía poco fiable! ¿Creías que había unicornios haciendo caca con billetes de 50 euros en Argentina?".
"¿Pero no puedes conformarte con tu sueldo de ingeniero y ascender como los demás?".
"Te ofrecieron un trabajo de 150k/año y lo rechazaste, como si fueran el hombre de los caramelos de los cuentos infantiles".
Pero al mismo tiempo, lo que siento es exactamente eso. Una especie de violación de mi tiempo, por dinero. Ya no lo disfruto.
Es increíble la cantidad de formas que puede adoptar el miedo. Y estos son sólo algunos ejemplos entre cientos. Pero eso sin contar la emoción de saltar a lo desconocido, y ver si puedo volar a un nuevo continente.